Soy un colombiano promedio uso face y twitter para
demostrarle al mundo mi manera de pensar, que es igual a mi manera de
vivir. Ahí publico desde mi uñas recién pintadas hasta mi indignación por
la matanza de ballenas en Japón. Desde mi almuerzo de domingo hasta el
símbolo de la última campaña de indignación contra el ácido, la gordura,
la gaseosa o la canción vulgar.
Soy un colombiano promedio, no
aguanto la gente que habla mal de mi país, que no cree que éste es el
mejor vividero del mundo. No entiendo cuando alguien dice que Colombia es
el Israel de Latinoamérica pues es mejor estar con Estados Unidos que con los
terroristas. Creo que tener presos sin juicio en Guantánamo o inventarse
las guerras de Irak y Afganistán, son el mínimo derecho a la venganza por
el 11 de Noviembre.
Lloré cuando vi caer las torres gemelas y
vuelvo a llorar cuando NatGeo conmemora cada aniversario, porque es como
ver caer el sueño americano. Gracias a Dios tenemos a Boyonce, J Lo
y Kim Kardashian que nos permiten seguir soñando con el sueño
americano donde todos pueden alcanzar sus sueños.
En todas las comedias románticas de Hollywood aprendí a desear
tanto los sueños hasta que se cumplan, además Paulo Cohelo tiene razón,
solo basta desear los sueños para que se hagan realidad, por eso
hay que hacer programación neurolingüística, hablar con lenguaje
incluyente y decretar todo en positivo, porque la palabra tiene poder.
Eso creemos los colombianos promedio, a quienes nos gusta la
pseudociencia, los ritos orientales, el reggaetón y algún día nos
casaremos por la iglesia católica pero antes haremos un ritual con los mamos de
la sierra nevada para demostrar que los colombianos promedio somos
multiculturales.
Continuará dentro de ocho días...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario