Título: El valor de educar
autor: Fernando Savater.
En el primer capítulo Fernando Savater se aproxima a una definición de la educación y le da una importancia biológica para la conservación de la especie humana. Se educa para no olvidar y en ese sentido la educación es la transmisión de conocimientos de la especie. Se enseña a quien no sabe porque somos parte de un grupo socio y fundamentalmente se enseña con amor, la pedagogía es un acto de amor. Concluye el capítulo haciendo referencia a la importancia de Dios en la educación.
En el segundo capítulo hace referencia al ser humano en el tiempo, digamos que se nace y se vive en determinada condición histórica y la educación nos prepara para enfrentarlo. Los grandes debates sobre la educación tienen que ver con definir un horizonte para el hombre, hacia dónde debe ir una sociedad, hacia dónde quiere ir y de ahí se desprende que la educación prepara al hombre para su vida en el tiempo, en el porvenir.
En el eclipse de la familia, Savater pone el dedo en la llaga de la crisis familiar, en un momento donde la necesidad de la producción económica mantiene a los padres de tiempo completo en el trabajo, los niños pasan mas tiempo en los medios de información y entretenimiento y la escuela se dedica a la mera transmisión de contenidos, entonces el tiempo de educación que antes el niños tenía en el hogar ha sido reemplazado por tiempo para el consumo y la soledad, como grandes males de la sociedad contemporánea.
En el capítulo cuarto Savater tercia en el debate sobre disciplina y autoridad, plantea que la escuela debe educar para la libertad mediante la conciencia de sí mismo, pero esto requiere que la escuela tenga un patrón de autoridad sin confundirla con el autoritarismo, autoridad entendida como la herramienta de rigor que requiere en proceso formativo pero siempre en función del ser humano.
En el quinto capítulo Savater define la pedantería como una enfermedad profesional del profesor y utiliza esta metáfora para sustentar la idea de que ya lo importante no es qué se enseña sino cómo se enseña, es decir que lo importante es incentivar el gusto por el aprendizaje, el cómo enseñar, que termina siendo la didáctica docente, es el mejor vehículo para formar el pensamiento autónomo del estudiante.
En Educar es universalizar, Savater propone un debate entre lo local y lo universal, por un lado, volver a las raíces particulares de cada uno para ser más idénticos a sí mismos y por otro, universalizar en el sentido de que la educación llegue a todos sin discriminación ni exclusión.
Termina el Valor de educar con una carta a la ministra de educación donde resalta la necesidad de una buena educación para el fortalecimiento de la democracia. Define la educación como un acto de transmisión de amor entre y intelectual y lo humano y concluye diciendo que el mayor logro de la educación sería despertar el apetito por mas educación pues los alumnos desean descubrir cada día mas.
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