martes, octubre 17, 2006

texto Febrero 10 de 1998

otro texto adolescente... curiosamente hace dos meses me sentía igual que hace ocho años, con un desazón amargo...

Febrero 10 de 1998

Hoy no se como sentirme, veo doble, no me creo la mitad de lo que digo, ni lo que escucho...

Invadido por recuerdos náufragos, de mejores tiempos, de personajes perfectos que ahora sí se equivocaron, no conmigo sino contra ellos ¡Tengo una historia de mentira! como si alguien jugara a escribir mi manera de pensar y amar y yo hago caso para no ser castigado.

Repito discursos aprendidos a sangre de memoria ¡soy tan falso! todos creen en mi labia. si yo fuera Papa o presidente, todos creerían en mis discursos televisados, yo ordenaría amar al prójimo en todas las circunstancias, todos obedecerían, armarían guerras para obligar a sus hermanos a querer como intentaron enseñar en las antiguas escrituras.

Hoy de nuevo aparecés con tu acento y tu yeísmo, me como tu risa, sós la última que sabe domesticarme. No me hablaste en mucho tiempo, te creía muerta con lo de tu aborto, pero ya lo superaste. ¡De nuevo estás aquí! para remover las maldiciones que me han ido sorteando con el paso de los años y mas que por méritos, por pura suerte me he ganado...

Las ruletas siempre se detienen donde deben hacerlo nunca paran antes ni después, siempre en el sitio adecuado, siempre para perder...

Porque solo hay vida mientras gira la ruleta, cuando se detiene, a pesar de ganar premios, se pierde vida... La suerte es un juego de los dioses que ya crecieron y no tienen tiempo para jugar...

De nuevo estás aquí con tu políglota sapiencia para dejarme olvidar de mis culpas, de como ayudé a construir además del mío, otros fracasos y que aún debo la cuenta de los daños hechos ¡Y cómo olvidar que era mi responsabilidad!

Así no habrá nadie que me salve en el juicio... Nunca seré implicado, complice ni sospechoso, soy conciente de ser culpable y de estar en deuda...

Sigo viendo doble, hoy no me pude confesar, aquí está la mentira a flor de piel, están tus sueños y mis frustraciones y aunque no pensé ser capás, siento algo de odio pero espero no dejar que me contamine el corazón...

2 comentarios:

Felipe Chávez G. dijo...

generalmente no hacemos arte para ser reconocidos, por el contrario, lo hacemos para perdernos entre la multitud

Felipe Chávez G. dijo...

sí, uno no puede ocultar sus "influencias"... el nadaísmo es un referente muy fuerte para nosotros, aunque desgastado, oficializado y envejecido esos nadaístas abrieron camino en las nuevas letras... lo curioso es que este texto lo escribí a mis 19 años ja ja ja