martes, octubre 17, 2006

texto Julio 23 de 1998

sin miedo a parecer ridículo voy a postear texticos de mi adolescencia... de esa búsqueda en la que llevo como quince años y no me ha llevado a ningún destino...


Santo laberinto de granito, D.C. Julio 23 de 1998

Ahora espero a mi jefe, que me llevará en su corsa rojo a una reunión para ampliar la cobertura de mi trabajo...

Ayer no quise afeitarme por eso hoy no pude mirarme en el espejo aunque me busqué, no apareció mi reflejo... siento que hoy no amanecí conmigo, hasta es probable que no esté en la oficina esperando a mi jefe, tal vez siga dormido en la cama tallada (Que ojalá siga en tu recuerdo)

Hay un aire amargo que atraviesa la chaqueta y me penetra hasta los huesos... Me duele desde el tuétano hasta la punta de los bellos ¿Y cómo no? si somos criaturas, frágiles estructuras óseas forradas en carne ¡Especialmente diseñadas para el dolor! pues la carne no es mas que un dispositivo censor universal de dolores.

Nos duele llorar como nos duele reír y duele porque es la única razón de la existencia... nos duele vivir aún mas que dolería el placer de la muerte...

Y además de recibir dolor en todas sus presentaciones, también somos emisores de dolor, armas letales de destrucción y odio, somos fieras salvajes con hambre y ganas de matar ¡somos tan peligrosos que no nos soportamos vivos! y deseamos la muerte del prójimo mas que la vida propia...

Que lastima ser como nosotros, pertenecer a esta especie y a este phylum ¡Epidemia maldita que acabará la tierra antes que a sí misma! Parásitos venenosos, plenorragias histéricas y mediocres que en cuarenta siglos de historia no hemos sido capaces de acabarnos pues nos reproducimos como cuyes, como conejos sin capar, como ratas grises ¡Nos multiplicamos como virus! Llenando este mísero arenero de bastardos y abandonados ¿Por qué a mí? siendo tan inmenso el universo, por qué caí en este planetica de miseria. Quién me habrá empujado desde mi platillo volador hace mas de un año luz...

¿Y hasta cuando estaré aquí? Cuántos siglos de castigo debo pagar, cuándo será el final de esta desgracia... ¡Ya sé! cuando tenga al valor de llegar al punto final en esta carta inconclusa...

No hay comentarios.: