Director: Woody Allen
¿Cuándo la ví?: Agosto 29 de 2009
Una par de amigas van a pasar una temporada en Barcelona. Una debe terminar su tesis sobre identidad catalana antes de casarse y otro desea descansar después de producir una película de doce minutos sobre la dificultad de definir el amor.
Juan Antonio (Javier Bardem) un artista famoso las invita a un fin de semana en Oviedo, donde cenarán, tomarán unos buenos vinos y harán el amor. ¿”Harán”, quiénes?, pregunta Vicky y él responde: “pues los tres”.
A partir de esa desvergonzada (y honesta) propuesta se teje un extraño triángulo, cuadrado, pentágono amoroso donde interviene la exesposa de Juan Antonio, María Elena (Penélope Cruz) una depresiva y suicida artista, complemento ideal de Juan Antonio para “inspirarlo y hacerlo sufrir”.
Así se configura el concepto central de la historia: “el amor romántico es incompleto”, siempre hace falta un ingrediente para el amor perfecto. En esta historia el ingrediente es otra persona, Cristina (Scarlett Johansson) que termina enamorada y conviviendo con el artista y su exesposa, en un triángulo sexual mediado por la pintura y el cuarto oscuro de la fotografía.
Mientras tanto Vicky (Rebecca Hall) se casa con su prometido sin ser muy feliz pues había quedado flechada por Juan Antonio.
Por un momento todo es alegría, la exesposa suicida se recupera, el trío logra un equilibrio creativo montando bicicleta y comiendo en el campo.
Al final el verano acaban y las amigas regresan a su país con una anécdota mas para sus vidas, incluso una mirada cómplice insinúa un posible encuentro lésbico entre las dos. Así con un toque de morbo cómico, concluye una historia elemental con toques de diversión y superficialidad.
A la larga la historia no es mas que una caricatura de un grupo de bellos “librepensadores intelectuales burgueses”, de las “relaciones abiertas” y “el sexo libre”. Un personaje incluso afirma que “el artista atormentado e incomprendido en busca de sí mismo es un cliché aburrido”, entonces la película parece una autocrítica, una autoburla del director y sus amigos.
En términos generales la película sorprende poco y parece solo otro eslabón en la larga lista de películas cómicopsicológicas de Woody Allen, pero con un ingrediente adicional: la reiteración en las locaciones parece un infomercial turístico de Barcelona y de Oviedo. ¡Dan ganas de pasar unas vacaciones para conocer la hermosa arquitectura de Gaudí!, aunque el director diga que “no pensaba en otra cosa que no fuera crear una historia en la que Barcelona fuera un personaje mas”.
Fotos tomadas de http://cinemarama.wordpress.com para ilustrar este artículo.
2 comentarios:
Cuando la ví extrañamente no me produjo ninguna opinión. Ni fu ni fa profe jajaja.
Sí, como simplona, auqnue dan ganas de ir a España, olé
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