miércoles, septiembre 09, 2009

Tradición oral Vs Nomenclatura

Tradición oral Vs Nomenclatura

Por: Laura Marcela Caballero

Este fin de semana fui a comer Cholaos con unas amigas de Bucaramanga, el plan no es muy original -se encuentra uno con medio Villavicencio-, pero es divertido, en este caso. Lo mejor de la invitación fue una conversación acerca de la dificultad de encontrar una dirección en la ciudad de Villavicenio; decían mis acompañantes en tono de queja: “Oiga pero que verraquera que aquí en Villavicencio nadie sabe de direcciones y los pocos que queremos usarlas nos encontramos con que los edificios, las casas o las oficinas no las tienen, entonces queda uno perdido, y mas si no conoce la ciudad”.

A propósito de esa queja, me parece divertido encontrar en pleno siglo XXI una ciudad que se describe completamente desde la oralidad: Enseguida de la bomba la estrella, arriba de la estación de policía, frente al antiguo f2, por la avenida de Capachos, por la antigua vía a Bogotá, en la cruz, en la casa del Kumis, etc.

Aunque para algunos foráneos -si no todos- esta situación puede parecer absurda, especialmente en el momento de crecimiento acelerado de la ciudad que incluye un proceso de colonización con personas de grandes ciudades donde las calles están cartesianamente numeradas hasta la doscientos cincuenta y pico, pasando por la 13, la 80 o la 115.

Es de admirar -o por lo menos debería serlo- el sentido cultural y de arraigo que contiene esta forma tan particular de orientarse: donde quedaba el f2, la primera alcaldía, la antigua flota la Macarena, entre otros. La conservación de estos referentes espaciales y la toponimia propia de la ciudad en la memoria oral de los habitantes, puede convertirse en un patrimonio inmaterial que enriquezca el contenido y sentido cultural de nuestra ciudad.

Así que lejos de preocuparme por el desconocimiento de mi foránea amiga, me llena de orgullo pensar que por lo menos en la memoria de algunos Villavicenses y en la resistencia a la nomenclatura, se conserva la tradición histórica de mi pueblo.

P.D. reconozco el sentido romántico de mi postura. Mea culpa.

Fotos: Joropódromo 2009, por Felipe Chávez G.

1 comentario:

Unknown dijo...

Me parece muy bueno su aporte, lejos de darnos verguenza debemos sentirnos en cierta medida orgullosos, el tema a tratar es por cuanto tiempo estamos así?