Convertirnos en Ciudad no es un asunto de pico y placa
La parroquial idea de progreso que adoptamos los hijos de la colonia, creyentes acérrimos de que la metrópoli no se equivoca y que todo lo que en ella funcione debe copiarse en la localidad, es el grave error que ha llevado a nuestras sociedades a un crecimiento desordenado y caótico. Hoy en Villavicencio se discute el pico y placa y me llaman la atención especialmente dos argumentos en torno a los cuales ha girado la propuesta de control de la movilidad: 1. Es necesario el pico y placa porque Bogotá y las principales ciudades del país lo están aplicando y 2. Es necesario el pico y placa en Villavicencio para contrarrestar la congestión en las vías de la ciudad.
La primera idea se cae de su peso si se piensa en el crecimiento y en las dinámicas sociales como propias y autóctonas, por esa razón no podemos seguir copiando modelos de desarrollo que no encajan en nuestro contexto histórico regional. Esta es una queja que se le ha hecho al estado colombiano que copia insistentemente modelos europeos y norteamericanos, paga millones por capacitaciones de ricos funcionarios públicos que aprovechan para vacacionar en el viejo continente – si pueden con sus familias- y porque no, darse un paseo por la capital del mundo. Mientras aquí esos proyectos después de miles de tropiezos se van a la basura con el “sueño de progreso” de los colombianos.
Ya no podemos seguir pagando por Planes de Ordenamiento Territorial mal clonados. Un buen ejemplo de planeación, pensada desde adentro, desde la comunidad, lo podría dar Armenia, que después de un temblor de 6.2 grados en la escala de Richter, se encuentra en mejores condiciones que nuestra ciudad. Parece que por allá si hay sentido de pertenencia.
La segunda idea acerca de la necesidad del pico y placa para contrarrestar la congestión en las vías de la ciudad, se solucionaría si por fin se aplicaran las reglas de Transito y Transporte. Que vergüenza dan las calles de Villavicencio, donde los carros se acomodan – como si se tratara de un imperativo- a lado y lado de las calles, no entiendo por qué a los villavicenses nos queda tan difícil asumir el concepto de espacio público. Público es lo de todos, no lo de uno solo. ¿Que tal unos parqueaderos?, ¿Qué tal si le devolvemos los andenes a los peatones y si empezamos a hacer valer las cebras que posan inertes en una que otra calle de nuestra ciudad?.
¿Pico y placa?, no seamos tan ingenuos que ésta aún no es una ciudad súper poblada. Todo este problema lo solucionan unos parqueaderos, la recuperación de los andenes, unos puentes peatonales, el mantenimiento de los que existen y unos oficiales de transito que estén dispuestos a hacer lo suyo; solo por que les pagan, y si no es suficiente, solo porque es ético.
Fotos: Joropódromo 2009, por Felipe Chávez G.
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