Envidio a los creyentes por su imaginación ilimitada.
Porque son capaces de escuchar cien veces la misma fabulita de un libro escrito hace casi dos mil años, pero cada vez con un significado diferente.
Es increíble que vean en TV horas y horas de pastores que a partir de un versículo inventan una hora de conferencia ¡Y se emocionan cuando el pastor les grita!. Yo no tengo esa tolerancia para ver televisión tan nociva durante tanto tiempo y por eso también los envidio, así como les envidio esa capacidad de escuchar música mediocre todo el día.
La oficina de un creyente se delata por la música que escucha. Algunas pasan camuflados por el tropipó con Pescao Vivo, pero otros se delatan (y hacen alarde de su fe) con toda la colección de Marcos Whitt en vivo, MW en vivo en Barcelona, MW en el DF, MW unplugget, MW soy todo tuyo, MW en vivo desde Soacha. Y no es nada personal contra ese señor, es que todas sus canciones son iguales en ritmo y letra para adormecer conciencias. Aunque no exageremos, en una canción puede decir cosas como:
“Mi vida es tuya oh señor eres mi bendición”
Y en otra canción puede innovar diciendo:
“Eres mi bendición señor, oh mi vida es tuya”
Yo les envidio la capacidad de vender tantos millones de dólares con tanta mediocridad musical, con el argumento de que no importa la calidad de la música porque es parte de la obra de dios. Con ese argumento cualquiera se pasa a la música de alabanza.
2 comentarios:
Es cierto, ahora en todos los géneros musicales existe la mediocridad y a la larga eso es lo que gusta y lo que vende...que triste. Es como decir que "Jonas Brothers" o "Moderatto" es rock, y como rockera de corazón que soy, me parece una blasfemia tremenda.
El rock es una iglesia tan grande, que caben desde los ortodoxos, hasta los protestantes, es decir desde el metal hasta el pop.
Publicar un comentario