miércoles, marzo 28, 2012

Relanzamiento del blog de Felipe Chávez G

A los pocos lectores que le quedan a este blog y los futuros:

En primer quiero presentar excusas a los lectores habituales de este blog por el abandono voluntario de los últimos meses. Mi último post es del 10 de octubre de 2011 y ya vamos a iniciar abril de 2012, ha sido casi medio año de silencio en los que han confluido muchas actividades y se han cristalizado algunas obras.

Aquí estoy con cara de producción unos días previos a algún desfile de comparsas en el Taller 2011

Antes de reconectarme con este blog, debo hacer un recuento de lo sucedido en 2011 y veo que la única forma de hacer memoria es agradecer a todos los que me acompañaron en la aventura de regresar a Bogotá y vivir allá durante ese año.


Después del viaje a Bucaramanga para el Abrapalabra, la anécdota de las amenazas de las Águilas Negras nos quitó mucho tiempo y nos llenó de miedo y paranoia que se convirtieron en otro ingrediente de nuestras vidas. Como dicen que del ahogado, aunque sea el sombrero; esa experiencia nos dejó como ganancia la amistad con los grupos del G 12, un reencuentro solidaridario que afloró nuestros afectos.

También debo reconocer el gran apoyo institucional que recibimos del Ministerio de Cultura y del instituto Distrital de las Artes, quienes nos ayudaron a financiar la visita al Encuentro Nacional Comunitario de Teatro Joven de Nuestra Gente en Medellín y el Encuentro somos Barrio, Barrio somos, arte y convite; gracias a todos los amigos que ayudaron a esta gestión, es increíble ver cómo la amenaza nos re-unió.

En Bogotá pude concretar el proyecto Acto Gato que actualmente dirige Jorge Quesada. Gracias al premio de localidades culturalmente activas pudimos montar Nepomuceno el carpintero en formato de títeres cucharones. En el proceso de montaje confirmé que el teatro es mi religión, que ese es mi trabajo soñado, que es la tarea más difícil, que es una imposibilidad constante. Gracias a Jorge, a Sandra, a Javier, a Estefanía y a Jhon por permitirme jugar al sueño de los muñecos. La obra que escribí a partir de un cuento es ahora un montaje de teatro de títeres que les pertenece a ustedes, espero que la lleven a muchos escenarios, a muchas audiencias,  a muchos corazones.

Agradezco profundamente a la gente de Araneus, especialmente a Juan Pablo y a Joaquín por la gestión y la coproducción de las comparsas para el desfile de la fiesta de Bogotá y el carnaval de niñas y niños. Con ellos me sentí como un productor y también me gusta la sensación de apoyar el trabajo creativo del director.

Creo que la gran ganancia del 2011 fue el reencuentro con mis amigos de vieja data, con mis hermanos y condiscípulos. A Cipriano quien ve el mundo de una manera muy diferente a la mía pero tiene el poder creador del artesano. A Jorge cuya nobleza y lealtad mantiene nuestra amistad. A Johana por su sinceridad y trabajo decidido, por sus ganas de aprender que le dan sentido a mis esfuerzos diarios.

Gracias a Camilo por su ayuda desinteresada y a Ricardo por la confianza en este reencuentro. Gracia a estíbales por el esfuerzo y la colaboración.

Gracias a Marco Guerrero y a todo el combo Summun Draco por compartir la creación, a los productores de Río Onírico, a Bogotá Dual y a Acto gato por todo lo que significó este año de trabajo.

El gran protagonista del 2011 en mi vida volvió a ser mi padre Oscar Hernán quien viajó a Bogotá a ayudarme a urdir las ilusiones. Esos ratos de costura interminable nos volvieron a unir y de nuevo encontré en su mano el apoyo a todos mis sueños. El día del desfile de niña y niños lloré en público agradeciéndole su compañía y dije que me sentía como un Quijote teniendo como Sancho a mi propio padre. Nuevamente, gracias Pa.


Ese año en Bogotá me reconectó con mis amados sobrinos, de quienes me he perdido los mejores días de su infancia. Yo quisiera tener más tiempo para compartir con ellos, pero me he vuelto una simple visita esporádica de un tío que nunca llega. Quisiera verlos crecer, acompañarlos en el duro aprendizaje de la vida, pero cada día estoy más lejos y ellos más grandes. Ya van entrando a la pubertad y yo sin haberles compartido nada de mi trasegar por la vida, a ver si de algo les sirvo, aunque sea de mal ejemplo.

He empezado a sentir esa misma distancia con mi madre y mis hermanas. Después de años de ser “pegados como las pastas”, después de haber compartido tanto trabajo, tanto sacrificio; hoy en día apenas somos una llamada distante, un saludo de rutina… cuanta distancia hay entre nuestros caminos… cada uno decidió hacer su vida, armar su familia, tomar su rumbo y de algún modo, abandonar a sus hermanos; especialmente yo que soy “el hombre de la casa” y no pongo la cara por ellas. Los hermanos de la niñez van muriendo con los años.

Así mismo quisiera estar más cerca a mi madre, pero ella vive en Popayán y yo en Villavicencio, ella es la única llamada que recibo cada semana para recordarme que aún tengo familia y tengo ancestros. Gracias Mamá.

En síntesis, en 2011 viví en Bogotá pero por segunda vez la ciudad me sacó corriendo, ya no me la resisto, con sus posibilidades y pocos espacios, esa ciudad me supera y simplemente ya no me quiere, yo sí la quiero pero la ciudad encontró muchas maneras para decirme que me fuera.

Y entonces aquí estoy de nuevo en Villavicencio, de nuevo en el CES, de nuevo en el trópico disfrutando el calor, el trabajo relajado y el sueldo fijo. Sacándole tiempo a la creación a la gestión, de nuevo concentrado escribiendo y editando, diseñando, haciendo páginas web y administrando el nuevo proyecto que nos convoca www.portalescena.com, allí los espero.



Otro proyecto cristalizado fue la publicación del libro Mes de cine y el nacimiento de la editorial Codex, nuevamente me encerré a escribir unos meses y vi nacer mi nuevo libro como ese hijo deforme que a veces muestro con orgullo y otras veces con vergüenza.

Regresar al mundo teatral bogotano después de dos años de desaparición y no entendí por qué mi nombre y mi espacio seguían vivos, casi como si nunca me hubiera ido, ahí estaban los amigos de siempre, las escenas de siempre y las aburridas reuniones de gestión de siempre. Gracias al medio teatral bogotano que me recibió de nuevo en la amistad y la gestión.

Este año en la capital me aclaró algunas ideas que tenía difusas:

En primer lugar fui aclarando que si el teatro es mi religión, mi rito es la escritura, cada día aclaro más esa pulsión de la escritura, siento que en vez de perder tanto tiempo en la gestión y en la política debo afinar la palabra, pulir el texto, crear la imagen y por eso me he puesto como lema aquel verso de Porfirio Barba Jacob:

“Bruñir mi obra
y cultivar mis vicios”

 Escribir por costumbre, escribir para ampliar mi horizonte de imposibilidades, escribir para cazar una pelea absurda contra el olvido, escribir para darle al menos esa felicidad a mi padre, escribir para desaburrirme huyéndole a la mediocridad de los medios de desinformación, escribir para armarme un pequeño cuarto de libertad, escribir para dejar un registro de haber pasado por aquí como el que deja su firma en el baño público donde a nadie le importa leer y a muchos incomoda el garabato, escribir como el grafitero omnipresente en la calle donde se convierte en un olvido colorido, escribir para no trascender, para convertirse en una mueca del que estuvo aquí.

Escribir para sentirme vivo y ocuparme en alguna cosita mientras llega me turno de partir, escribir porque sí y porque no, escribir por necio y por obediente, escribir para hacer la revolución y para que todo siga igual, escribir por el compromiso profundo con el mundo que no me importa, escribir porque me da la gana, porque me gusta vencer mi pereza innata, escribir porque quiero, puedo y no me da miedo, simplemente escribir sin buscar mas justificaciones que escribir por escribir.

Con todo esto, solo me resta agradecer a mi abnegada esposa Carolina quien aguanta las horas de mis ausencias, mis incongruencias y mis ataques repentinos de ternura, gracias a Carolina que soporta mis ires y venires entre conceptos y palabras, entre las acciones y quietud, gracias a la Carolina que amo porque me acompaña desde hace unos años en este camino para hacérmelo más llevadero, para darme alguna razón para seguir, gracias a esa Carolina que me hace un desayuno a la semana y me invita a ser vegetariano, gracias a esa Carolina que me obliga ver cine adolescente y disfruta mi sufrimiento solamente para tenerme cerca y compartir unas crispetas, gracias a Mi Carolina que decidió casarse porque nadie le propuso un mejor plan para desaburrirse, gracias a mi esposa que me corrige las palabras, los movimientos ridículos y nunca me celebra un chiste, gracias a esa compañera que nunca está conforme con lo que soy y cree que debe indicarmer como hacer cada cosa de mi vida, gracias a esa compañía plácida en cada amanecer. Gracias por cada instante por cada respiro que compartimos en la intimidad de una casa alquilada, gracias por incluirme en tus ilusiones y por encarnarte en mis sueños Carolina, gracias.

Gracias a Carolina que me ama honestamente y solo me pide a cambio que la ame, la proteja, la consienta y me quede en silencio.

PD:  con esta retahíla de agradecimientos queda relanzado este blog y sus servicios conexos,  por aquí los espero para que disfruten horas de aburrimiento 100% gratis y disculpen si me faltó alguien por agradecer.

2 comentarios:

Rube dijo...

jeje se ve cansado, debe ser muy duro su trabajo... un saludo

Felipe Chávez G. dijo...

sí Rube, pura cara de producciòn de comparsas jua