miércoles, enero 30, 2013

Miamicencio 11: La envidia



Tengo quince y manejo mi propia camioneta 4x4,  aunque cuando quiero traigo el sedán de mi mamá.  A la gente le da envidia que uno pueda andar en carro mientras ellos andan a pie o en moto,  que es lo mismo.  Es que la envidia mata más gente que el cáncer.

El problema de mi papá fue por envidia, ellos no podían aceptar que en menos de un año la gobernación pudiera demostrar la inversión total del presupuesto,  sobre todo después de tantos años de desgobierno en la región.  Si no fuera por mi papá,  la gobernación no tendría el nuevo edificio con paredes de vidrio por ejemplo,  o los planes de almuerzos gratuitos para esa gente pobre.

Por esa envidia yo tengo que ver a mi papá a escondidas,  así llevamos casi seis años,  pero no le han logrado demostrar nada de lo que lo acusan.  Es muy duro no tener papá cuando uno está creciendo.


Una vez mi hermano iba a una discoteca y no lo dejaron entrar supuestamente porque mi papá les había dañado el negocio con lo de las rondas policiales preventivas,  así se han inventado muchas mentiras para echarle la culpa a mi papá.  Si las calles están rotas,  si en el hospital faltan médicos especialistas,  si hay atracos o cierran la carretera a la capital;  pues la culpa es de mi papá,  como si él aún estuviera gobernando;  para los envidiosos todo lo malo de Miamicencio es culpa de mi papá. Pero yo estoy segura que él es un hombre bueno, a pesar de la distancia vive pendiente de nosotros,  todos los días hablamos.  A veces me da risa y pienso que si lo quisieran coger preso,  sería muy fácil que interceptaran nuestras llamadas;  pero si no lo han cogido es porque en realidad no lo quieren,  pues para ellos es más útil tenerlo prófugo y perseguido,  así tienen a quien echarle la culpa del desgobierno y pueden seguir robando en la gobernación.

La envidia de esta gente me robó a mi papá durante estos seis años y todavía no veo la hora de recuperarlo.

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