Soy un colombiano promedio que ama a su país y a dios por encima
de todas las cosas, después ama a su familia. Por eso los gays me
caen mal, porque quieren que todos nos volvamos gays. Pero soy
tolerante, los gays allá y los normales acá, hay que dejarlos ser
pero sin que se metan con nosotros. Chévere los gays de la Red
que andan con todos los famosos.
Soy un colombiano promedio, tengo
mucho miedo de salir a la calle a que me roben el celular de gama alta que no
he terminado de pagar, o que me echen ácido en la cara, o que un
borracho me atropelle o que una mina quiebrapata me deje inválido; eso es
lo único que falta que suceda en esta ciudad.
Soy un colombiano promedio y puedo seguir
hablando de mí mismo hasta el cansancio, de mi desconocimiento de la
historia del país antes del gobierno Uribe, donde se refundó la patria,
de mi desconocimiento de la diversidad cultural que no es otra cosa que
ver a los negros y a los maricas haciendo desfiles con dinero público. De
mi admiración por Pablo Escobar y Carlos Lether que pudieron haber pagado la
deuda externa y gobernar este país, pero no los dejaron porque la gente
aquí es muy envidiosa. Podría hablar incluso de la guerrilla, la
corrupción y la envidia que son los males que no dejan avanzar este país de colombianos
promedio.
La guerrilla es mala porque secuestra,
la corrupción es mala porque se dejan pillar y la envidia es mala porque
a los pobres no les gusta las cosas como están y quieren que los ricos repartan
todo para darles a los que no trabajan. Soy un colombiano promedio que
cree que no es posible la justicia social pues la gente que no trabaja es porque
no quiere, porque son facilistas y prefieren vivir en un rancho que
trabajar para hacerse su casa.
Soy un colombiano promedio y sé que los
promedio somos mayoría, que los buenos somos más. Por eso voy a
lanzar mi hashtag que será tendencia de un día en twitter:
#SúmateAlPromedio
No sé si continuará...
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