Y continúan los Santos en su campaña de legitimar la cultura traqueta. Así como el exministro de defensa Juan Manuel Santos llevaba a Natalia París de batallán en batallón en una campaña en contra de la cultura traqueta, ahora Alejandro Santos le hace una entrevista a "Nata" para legitimar ese contubernio de la industria del entretenimiento y la moda con el narcotráfico.
Es importante resaltar la labor de la revista Soho en el proyecto de mostrar a estas "modelos" como lo socialmente deseable, como el modelo a seguir, para entronizar a los narcos que las fabrican como los modelos del comportamiento nacional.
Al conversar sobre los novios que ha tenido la modelo, Alejandro Santos pregunta:
"¿Pero usted qué pensaba de que él fuera narcotraficante? ¿No le importó?
Yo en ese entonces no sé qué estaba pensando de la vida. Fue un tema en el que no quise profundizar ni pensar mucho.
Y usted no le preguntaba a él en qué andaba...
Él me gustaba y yo no estaba muy pendiente de sus cosas."
Entonces la modelo queda excenta de culpas porque era una pobre niña de 24 años años enamorada de su prícnipe azul. Y continúa la charla:
"¿Andaba armado?
Sí.
¿Nunca vivió situaciones difíciles como que llamaran a la casa a amenazar, salir corriendo de un sitio porque lo estaban buscando?
No, a mí no me tocó, por fortuna. Creo que lo más tenaz que me tocó vivir con él fue la oposición de mi mamá.
¿Qué le dijo ella?
Me acuerdo una vez, durante el embarazo, en Miami, sentada enfrente de una bahía, nos parqueamos en su carro y me dijo: "O él o yo". Ese momento fue durísimo. Imagínese, mi mamá, una mujer conservadora, abogada, correcta, y que su hija tuviera un esposo así, una pareja así, para ella fue... muy tenaz.
¿Y se alejó de su mamá?
Sí, porque me la pusieron así: si sigue con este muchacho nos pierde a nosotros, pierde a su familia. Y yo dije: "Bueno, entonces me voy..."."
Los valores de una familia tradicional paisa salen a relucir, entonces amangualarse con un narco queda como una simple pataleta de una adolescente rebelde y no como una práctica de las clases medias para ganar lujos y "posición social" mediante la convivencias con los narcos.
Y sigue:
"¿El amor la llevó hasta ese punto?
Sí. Estaba enamorada.
Y sus hermanos, sus amigas, ¿qué decían? ¿Todo el mundo en contra?
No, mis amigas de ese entonces pensaban igual que yo: no les importaba.
¿Y usted no trató de convencerlo de que se saliera de la mafia?
Claro que sí.
¿Y?
Él tomó la decisión de hacer un arreglo con el gobierno de Estados Unidos. Y esa decisión fue su sentencia de muerte.
¿Por delatar lo mataron?
No sé mucho de ese tema, pero creo que sí.
¿Usted no pensó en el significado de su relación personal después de lo que ha vivido Colombia por cuenta del narcoterrorismo?
Yo no sé qué estaba pensando de la vida, tenía 24 años: no analizaba mucho la situación. Estaba viviendo una vida de mujer casada, una vida nueva en Miami, en embarazo, apostándole al amor. "
Así el personaje y el melodrama quedan armados:
Una tierna e inocente niña se enamora del hombre equivocado, lo quiere sacar del bajo mundo ¡Y lo convence! pero en ese acto heróico es vilmente asesinado!, dejándola sola y con una hija. Así nuevamente ponen a los victimarios como víctimas, esa ha sido una de las estrategias de legitimación narca en Colombia: mostrar a los narcos como víctimas de las circunstancias, porque no tenían otra opción, porque son Robin Hood, de buen corazón con sus familias y sus consortes cómplices son unas cándidas enamoradas.
Recordemos el argumento de la serie El Capo.
Siguiendo el modelo de Virginia Vallejo, todas las mozas de traqueto saben en qué andan, saben en qué se meten, sabén qué les viene pierna arriba pero deciden arriesgarse porque el billete puede pagar su felicidad, sus siliconas, sus viajes y sus carros. Ven pasar los cargamentos, ven pasar las armas, ven pasar los dólares, las compras ilegales, piden su tajada (así sea en especie) y se quedan calladas porque salir con el traqueto es la manera más fácil de salir de pobre y lograr el sueño de tener dinero fácil, lujos y reconocimiento social. Pero cuando el narco cae muerto o preso, ellas se hacen las que no sabían, las que no vieron nada, las inocentes.
¿Cuánto dinero lavan los narcos con sus mujercitas?, ¿cuántos bienes les han decomisado a las mozas de los narcos?, ¿qué delitos cometen y cómo deben pagarlos?, ¿o simplemente son inocentes por estar enamoradas de la billetera sin fondo de los narcos?.
El gran fracaso de la lucha antidrogas es la aceptación social de los narcos.
Despues la entrevista busca el plano intelectual de la modelo, describe sus lecturas "espiritista", numerológicas y llega a la política:
"¿Cuáles cree que son los grandes problemas de este país?
El primero, la guerrilla; el segundo, la corrupción, y el tercero, el narcotráfico."
Entonces el mapa ideológico queda armado: cuatro mil guerrilleros son mas peligrosos que los corruptos que nos roban millones de pesos del presupuesto nacional y según ella, la corrupción es mas grave que el negocio ilícito que financia el conflicto armado del país. Pero la pobreza, la inequidad social, la impunidad, la distribución de la tierra son problemas no somproblemas que esta ideóloga de la pasarela alcance a vislumbrar.
Lo triste no es que una modelo entienda al país desde la publicidad de Colombia es Pasión, donde todos bailamos vallenato y tropipop mientras unos cuantos narcoterroristas nos quieren dañar la fiesta, lo grave es que los medios se presten para legitimar estas maneras simplistas de interpretar el país y que aún quede un 80% de opinión pública que quiera seguir viviendo en ese pais de mentira.
Y para rematar:
"¿Y por quién votó?
Voté por Uribe y después por Santos."
Sin mas comentarios, la entrevista completa en Soho.
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