domingo, mayo 12, 2024

PALABRA PARA MI MADRE LUZ STELLA GUTIÉRREZ EN SU CUMPLEAÑOS No. 70

Que alegría estamos nuevamente reunidos en familia, con los amigos cercanos de toda la vida y esta vez para conmemorar los 70 años de mi madre Luz Estela Gutiérrez.

Hace un par de años a estas horas estábamos en las playas de Santa Marta celebrando los 15 años de Diana Milena y junto al mar compartíamos la sonrisa por los sueños de ella, por este camino que empieza a recorrer llena de dudas y de posibilidades para emprender y forjarse una vida propia, porque como ya lo sabes, Diana Milena, nada en la vida es regalado, todo se logra con esfuerzo y sacrificio. La disciplina y las buenas  decisiones nos permiten forjarnos un futuro próspero y feliz.  Nunca olvides que en este camino siempre contarás con las personas que estamos aquí: tu mamá, tu abuela, tus tíos, tus primos, tus tías abuelas y los vecinos de toda la vida que formamos este pequeño grupo al que llamamos familia.


Hoy estamos celebrando un momento histórico, mi madre llega al séptimo piso después de haber vivido tantos años en Popayán, otros en Bogotá, retornó a Popayán y después aterrizó por acá en el llano ya hace una década, donde la vida nos cambió sin estarlo buscando y donde despedimos hace unos años a mi padre.


Estar reunidos en esta tierra próspera y cálida que nos recibe es un símbolo de porvenir. Les cuento que mi papá soñaba con fundar una ciudad desde cero, encontrar una tierra por allá en el llano para irse con sus hermanos a trabajar la tierra. Algunos filósofos griegos también se preguntaban cómo fundar una ciudad desde cero. 


Yo en cambio, ya no sueño con tanto, ahora he empezado a soñar en el pequeño universo del hogar,  con construir una pequeña casa donde compartir con mi esposa y mi familia y que eso sea suficiente para ser feliz, llegar cada noche a descansar y salir algunos días al año a recorrer el mundo pero regresar a ese pequeño lugar del mundo que es el hogar.   


Creo que dejé de soñar en grandes revoluciones sociales, en transformar el país y conseguir la paz mundial.  Ahora sueño en una pequeña revolución en ese pequeño espacio de 40 metros cuadrados que es mi salón de clase,  creo que enseñar a soñar a esos 30 muchachos con los que comparto cada día es mi contribución para mejorar este mundo.


Y como siempre,  empiezo hablando de mí mismo para llegar a hablar un poco de mi madre que siempre ha estado en ese pequeño universo que se llama el hogar.

Ese hogar que primero fue la casa de sus padres y una camada  de hermanos, después se transformó en un hogar con su esposo y tres hijos y después se transformó en un hogar itinerante, en algún momento se fue para Medellín ayudar a crear los nietos y después para Bogotá y terminó llegando acá donde ese hogar se convirtió en una pequeña casita donde vive con su nieta.


Lo que quiero decir es que ahí en el pequeño hogar se construye un universo y eso es lo que mi mamá ha hecho durante toda su vida,   ayudar construir los universos de las personas que estamos aquí compartiendo esta tarde.


No es gratuito que mis tías hayan recorrido medio país para acompañarnos en esta celebración,  no es gratuito que mis primos, tíos y vecinos la llamen el día de su cumpleaños durante 8 horas, porque desde su trabajo en el hogar ayudó a mucha gente, así fuera con un desayuno, con un almuerzo, con una palabra o con una sonrisa; mi mamá siempre ha estado al servicio de la gente,  desinteresadamente y de corazón,  si todos aprendiéramos un poquito de ese ejemplo,  definitivamente el mundo sería un mejor lugar para vivir.


La hospitalidad es darse,  es compartir incluso lo que no se tiene,  es compartir cosas tan valiosas como el tiempo y la escucha y debe ser por eso que mi mamá construye vínculos de amistad tan fuertes como los de los vecinos que hoy nos acompañan y de muchos otros que no pudieron viajar.


Para terminar,  solo quería reconocer públicamente la fortaleza de mi madre al reiniciar su vida después de la partida de mi padre.  Ese fue un golpe del que no nos hemos terminado de reponer,  pero mi mamá ha tenido la capacidad de adaptarse a su nueva realidad y sacar fuerzas de quién sabe dónde para continuar y volver a sonreír.  Nuevamente,  es un ejemplo del que todos deberíamos aprender para mejorar nuestras vidas.


Solo me resta pedir que mi mamá siga contando con buena salud,  que todos la sigamos acompañando en la cercanía o la distancia, que nos sigamos reuniendo para celebrar la vida de mis tías durante muchos años más y que los amigos sigan habitando nuestro universo.


Muchas gracias por acompañarnos y feliz cumpleaños para mi sobrina Diana Milena y mi mamá Luz Stella.


FELIPE CHÁVEZ G.

Villavicencio,  Mayo 12 del 2024


Por acá las fotos de esta celebración


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