¿CUÁL REINA NEGRA?
(TAL VEZ SÍ ES POR TIRARME LA FIESTA)
A PROPÓSITO DE LA CORONACIÓN DE VANESSA ALEXANDRA MENDOZA
En el país de las migajas, donde nos peleamos igual que en Somalia, por el pan que tira la beneficencia desde un camión a toda velocidad, donde igual que los perros lamemos la mano que nos da las sobras después de pegarnos... En este país que pretenden llamar Colombia, pasan cosas extrañas…
Este país que agradece a los banqueros su buena voluntad para subir las tasas de interés, el mismo país donde se quiebran los hospitales (Con las consecuentes muertes de lisiados por el conflicto armado) para salvar la emergencia, los gobernantes se inventan impuestos y salvan a los empobrecidos banqueros. En este país que limita al norte con la impunidad y al sur con la falta de memoria, hoy celebran la fiesta de la exclusión.
Como en Noviembre todos nos volvemos “Reinólogos” y “bellezólogos”, incluso las exreinas ganan automáticamente el derecho de comentar y criticar pues un año coranadas les da cierto halo de “Sabiduría” y “Experiencia”... Pues yo también me tomo la palabra para “opinar”, con el derecho que me da ser un enamorado de la mujer por mas de diez años y un fetichista de su figura.
Opino entonces que otra vez, para variar, los medios (Esos tan nombrados) y la industria del comercio humano (Que son la misma cosa), se han inventado una infelíz mentira, que la gente ilusionada repite: “Tenemos reina negra”, “Primera reina negra”, y hasta: “Por fin se hizo justicia”, se escucha gritar en medio de la borrachera y la maicena; como si los tribunales quedaran en Cartagena...
¿Acaso una joven de cabello alizado a la fuerza, con naríz de blanca, ojos de blanca, porte de blanca y caminado de blanca, puede ser negra?... Blanco es, gallina lo pone... Pues NO. Vanessa Alexandra Mendoza no es una reina negra, es una joven que representa los valores blancos, frente a un público mestizo que se cree blanco, que producirá dinero para unos industriales casi blancos, que se creen blancos.
Este país de minorías, donde hasta esta mezcla mestiza que somos la mayoría; somos considerados como minoría, por esa minoría que gracias al poder económico no pertenece a esta inmensa minoría, el apartheid colombiano… Ellos sienten alivio al coronar una niña de piel extraña que los represente, ese es su mensaje de fondo: “Hemos ganado, las minorías étnicas van desapareciendo cuanto mas se parecen a nosotros”...
Siguiendo disciplinadamente el ejemplo de la democracia Estadounidense fundamentada en la eliminación de las minorías étnicas para instaurar un poder blanco y protestante que excluya lo afro-asian-italian-latino-american; aquí se corona no a una negra si no a una blanca de piel oscura. ¡¿Cuántas negras colombianas tienen la cinturita de Barbie y los senitos de pereza de esta modelo?! Si precisamente uno de los eslabones de identidad que nos queda es la antropometría propia de cada etnia. (No hablemos de raza para no hacerle el juego a quienes basados en esa palabra producen odios y fundamentan la pigmentocracia).
Cuando perdemos la posibilidad de ser únicos, nos enfrentamos al abismo de la pérdida de la identidad. Entonces ¿Qué significa ser negro en Colombia? O mejor, ¿Qué identifica a los negros de Colombia?; ¿Será que para ser negro es necesario ser analfabeta, estrato uno o desplazado, o tener grandes caderas y un platón con frutas equilibrado en la cabeza?. Rotundamente NO. Esos son los estereotipos y lugares comunes a los que desde su llegada se ha visto sometido el pueblo Afrocolombiano.
Yo me quedo entonces con los Palenques, primeras naciones libres de América, con su aporte invaluable al arte, al folclor y al pensamiento nacional; me quedo con las manos trabajadoras que bajo el rejo de la esclavitud o de esta libertad han ayudado a construir el país. Me quedo con el símbolo de su aguante en la guerra donde son carne de cañón de todos los flancos y al tiempo víctimas de las minas antipersonales. Me quedo en especial con las mujeres negras, líderes comunitarias, que desde el anonimato y la soltería construyen un nuevo país desde la base. Me quedo con los goles que provocan llanto de alegría, con los puños victoriosos con la fuerza de los barrios pobres, me quedo con los negros que se hacen camino en la política, la milicia, el clero, la ciencia y la academia y a codazos se hacen el lugar que se merecen, ojalá en esos espacios mantengan la honestidad y el desparpajo... Me quedo con las negras verdaderamente hermosas de narices chatas y pómulos redondos, no con el prejuicio sexual sobre las negras si no con la hermosura profunda de la sonrisa de perlas...
Con estos pequeños ejemplos, la recién coronada no representa nada –es símbolo de la nada- ¿Cuándo una reina ha representado a algún departamento o la nación?. Esta es otra mentirilla vociferada por radio y televisión... ¿Acaso el reinado de una paisa despampanante como Paula Andrea Betancourt benefició en algo al olvidado departamento del Amazonas? ¿Y su segundo puesto en Miss Universo benefició en algo al país? Pues otra vez NO. El asedio de la publicidad nos ayuda a olvidar que los negocios particulares no son beneficio de la Nación. La Selección Colombia de fútbol, el Teatro Nacional como el Reinado Nacional, o la Compañía Nacional de Chocolates son simples empresas privadas y en esa medida no representan el sentir nacional.
Si vemos al Reinado Nacional de Cartagena como una empresa privada que logró incrustarse por encima de las celebraciones populares novembrinas de Cartagena, que desde dos siglos atrás celebraba reinados pero para burlarse de la monarquía, para riduculizarla, hoy esa empresa ha logrado la idolatría a las coronas que ancestralmente eran motivo de burla y crítica.
Esta empresa ha logrado acuñar un concepto machista y racista donde se valora a la mujer igual que a ganado lechero o de paso fino. Hoy que se habla de conmemoración de 150 años de abolición de la esclavitud, una supuesta negra es coronada en Cartagena, pero no es un triunfo de las minorías étnicas colombianas si no un triunfo de los paradigmas importados de belleza occidentalizada (Blanca, aria o caucásica, da lo mismo) Hoy, han subido al podio de la belleza nacional a una negra NO por ser negra, si no a una morena que se ha esforzado para parecer blanca y casi casi lo ha logrado... El gran éxito que le vaticinan radica en su capacidad de aprender, de asimilar lo ajeno, de representar la homogeneización y negar la diversidad étnica del país y fundamentalmente merece la corona porque ya no parece negra, si no blanca, eso para ellos sí que es de premiar... CONGRATULATIONS, ¿HABEMUS REINA NEGRA?
2 comentarios:
yo opino que se busque otro pasatiempo.....
Completamente de acuerdo.
Lo llevaré, con tu permiso, a una clase y analizaremos cómo se está perdiendo la identidad étnica.
Gracias.
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