Foto: Mi abuela Blanca. Popayán, Julio de 2007
Como lo comprueban estas páginas inútiles, puedo tener un día horrible, enfrentarme con esos monstros del trabajo, dejar que me perforen la esperanza, dejarme permear por su brutalidad. Puedo tener un día lluvioso donde le hago el juego al absurdo de la letra, de la mentira pedagógica… puedo evidenciar mi escepticismo en el sistema educativo, sin temor y sin vergüenza, sin medir consecuencias… puedo soportar las horas de palabras tiradas al vacío… puedo saltar de las grandes reflexiones de la didáctica, a la limitación de esos niños perdidos… puedo soportarlo aunque me aterre su condición y me inspiren mas lástima que temor, mas misericordia que rencor… puedo soportar eso y cosas peores… ¿y qué mas le puedo pedir a la vida? Si al final de mi jornada aparece tu sonrisa y puedo imaginarte tras esa pared desnuda bajo la ducha…
2 comentarios:
Como reza aquèl trillado clisé: "el que no se consuela, es porque no quiere".
Y sí... la vida suele ser esto.
Omar R.
excelente texto , te felicito. ahora que estoy en una estresante y fria oficina rodeada de contabilizaciones, facturas cheques y risas hipocritas el leer este post me reconforta o me aniquila un poco, la verdad no lo sè...a ti te espera alguien en la ducha y a mi me espera la comida en la estufa...gracias un abrazo
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