lunes, junio 29, 2009

LA SOCIEDAD DEL CHISME

LA SOCIEDAD DEL CHISME

Por. www.oscarfelipechavez.blogspot.com

Junio 29 de 2009


Que el metaverso es como la “Matrix” informática donde se agolpa la avalancha de información como un “mundo paralelo” al real. Como si este mundo de carne, hueso y baba quedara debajo del mundo “virtual” - virtuoso – digital y perfectamente democrático. Como si el mundo virtual fuera el reemplazo del incómodo mundo real, donde no hay dolores ni olores. Como si fuera cierto que ahora la gente “habita” en las redes sociales. Como si en la vida real uno simplemente pudiera “aceptar” como “amigo” o “seguidor” al que le cae bien por la breve información del perfil o por la fotografía. Como si fuera tan fácil en la vida real darle “suprimir” a la persona que ya no le cae bien, a la que trabaja a su lado, a la que dejó o lo dejó de querer. En suma, como si la vida real respondiera a las lógicas binarias de la programación computacional que pretende hacer un perfil de la persona con la información de una estadística: sexo, edad, gustos musicales, religión, fuma si, fuma no y entonces lo enlaza con otra gente que comparte sus mismos gustos y disgustos.


Si alguien cree que alguna de las anteriores afirmaciones en cierta, de seguro estarán de acuerdo con Ícaro Moyano quien asegura que Del teléfono nos sumergimos en los canales de chat, tardamos poco en saltar a los foros y el correo electrónico para finalmente sumergirnos en las plataformas sociales.” Para reivindicar su concepto de “identidad digital” en el cual, según él: “Somos lo que decimos ser y también somos lo que nuestro entorno social dice de nosotros”.


Si esto fuera cierto, no tenemos posibilidad de llegar a la “sociedad del conocimiento”, ya ni siquiera estamos en la sociedad de la información, ya ni siquiera estamos en el mundo mediado por la información, gracias a esas retóricas ahora vivimos simplemente ante la SOCIEDAD DEL CHISME.

Desde esa argumentación la vida de la persona no es la sucesión de sus hechos, actos, realizaciones y fracasos y su “ser” no es esa problemática e indefinible condición humana mezcla de pretensiones, ambiciones, actos y contextos. ¡No! Para ellos “el ser” se reduce a la autopropoganda y a la validación del chime “Lo que digo y lo que dicen de mí”.


No es raro que esa sociedad sostenga con su consumo al negocio de la farándula, los programas de chismes, los paparazzis y las revistas “del corazón”, industralización del chisme de corrillo y de vecindario. Es el morbo, el ancestro del chisme, de saber y de pretender vivir la vida de los demás la que mantiene el negocio de los realityes, la farándula y facebook, ellos lograron ponerle precio a la intimidad, empacarla y venderla por capítulos y los consumidores les regalan los contenidos sin cobrar.

Cuando yo era niño, el facebook era de papel y se llamaba chismógrafo, un cuaderno donde uno escogía un número y respondía a una serie de preguntas siempre en el mismo renglón. Era totalmente “horizontal” e “interactivo”. Cuando estaba lleno se podía averiguar quién le gustaba a quién y quién se había besado con quién. La mayoría de esa información era falsa, uno podía hacer un chismógrafo con el objetivo de hacerle creer algo a tal persona, o para alardear de alguna conquista irrealizada, o simplemente para hacer crecer un rumor sobre la sexualidad de algún amigo.


Y no es extraño que todo chisme gire en torno a la sexualidad, pues es el morbo su combustible.

Doy toda esta vuelta para regresar al citado artículo de Ícaro Moyano, pues el tema de las redes sociales no es nuevo, si no que ahora dispone de varias nuevas herramientas virtuales que producen otras formas re relacionarse, digamos que es un nuevo esquema de comunicación e interacción humana que no puede analizarse con esa ligereza.


La noción de “identidad digital” no se puede reducir al chisme que alguien autopromueve o lo que los demás dicen. El punto vital de las redes sociales es la información que se comparte, la calidad de los contenidos (Textos, mensajes, videos, fotos) que se publican, enlazan y comparten, la credibilidad de quien publica, los vínculos que se establecen, la interacción entre nodos y otras aristas. Reducir todos estos elementos a la validación del chisme por el chisme, porque “somos lo que dicen de nosotros”, es simplemente promover la sociedad del chisme por la vía fácil para alejarnos de los que ahora se nos debería quedar tan fácil: LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO.


Curiosamente el artículo termina con una conclusión que yo comparto: la censura tiene los días contados, la Red nos hace más libres”, pero le agrego un interrogante ¿vociferar con mas volumen para chismosear sería el objetivo de esa “libertad”?

Yo lucho por a una libertad mas compleja, donde “el ser” no se reduzca al “ser chisme”.


Pd: Por acá otro artículo titulado ¿Por qué no estoy en facebook?.


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