CAPÍTULO 5
¿CUÁL CONSIDERA QUÉ ES EL MODELO PEDAGÓGICO MÁS PROPAGADO EN LAS INSTITUCIONES EDUCATIVAS EN COLOMBIA?
Definitivamente el modelo pedagógico heteroestructurante es el mas difundido y legalmente avalado en Colombia. Basta ver el estado acrítico y servil de la llamada “opinión pública” ante las actuales situaciones de abuso del poder.
Si en realidad la opinión pública, integrada por académicos, periodistas, políticos que son resultado del sistema educativo colombiano; cree que la sociedad es estática y que el país debe estar al servicio de sus gobernantes y no al contrario; el modelo pedagógico que los “educó” fracasó en formar seres humanos críticos y defensores de la libertad, aunque la respuesta puede estar en una profunda necesidad psicológica, como lo dice Eric Fromm citado por De Zubiría:
“Los seres humanos le tenemos un enorme miedo a la libertad, a pensar distinto, a aportarle a la aventura, a juzgar y decidir por nosotros mismos. Y por eso llegamos con enorme frecuencia no solo a respetar sino incluso a desear el autoritarismo de todo tipo, de izquierdas o derechas, laico o clerical” [1]
Una sociedad de sumisos y serviles, adoradores del poder, mesiánicos en busca de un presidente salvador, es el reflejo de un sistema educativo que les enseñó la sumisión y el servilismo.
La escuela es la legitimadora de las ideologías imperantes en la sociedad, allí se “educan” a los niños que deben insertarse en un ideal de sociedad. Esto se logra con el esquema de la reproducción del modelo de la sociedad en la escuela. Las escuelas que trabajan para una sociedad democrática, son democráticas en su estructura, administración y pedagogía, así como las escuelas que legitiman el autoritarismo en la sociedad, son autoritarias en su interior.
Seguramente ninguna escuela colombiana aceptará en su currículo público que trabaja para un modelo de sociedad autoritario, pero en su currículo oculto y en sus didácticas, lo que hace es legitimar ese tipo de sociedad.
No creo que sea una exageración afirmar que la sociedad es el reflejo de su escuela, así como su escuela es el reflejo de la sociedad. Y desde esa perspectiva deducir que la actual generación de gobernantes de colombianos fue educada en una escuela que en público castigaba el plagio y la corrupción, pero en privado los aceptaba y así aprendieron a convivir con la corrupción como una expresión “natural de la sociedad”.
El caso de corrupción gubernamental mas reciente, por solo poner un ejemplo, es el llamado escándalo AIS agro ingreso seguro. Cuando el senador Robledo demostró con estadísticas tomadas del mismo ministerio de agricultura, que dicho programa beneficiaba más a los terratenientes que a los pobres y que varios de ellos habían ayudado a la financiación de la elección y reelección del presidente Uribe, inmediatamente el ministro de agricultura salió a decir que ningún beneficiario de AIS había financiado las campañas. Un par de días después tuvo que retractarse con la excusa de que sus asesores le habían dado mal la información y que algunos beneficiarios sí habían financiado las campañas.
Peor aún cuando el exministro Felipe Arias defendió el programa AIS con el cruel argumento de que darle subsidios no reembolsables a los ricos terratenientes le beneficiaba a los pobres porque así tendrían trabajo. Entonces uno se pregunta dónde estudió una persona que piensa, argumenta y se expresa de esa forma. Y seguramente la respuesta es que estudió en una escuela donde le enseñaron que la estructura social está bien como está, que la pobreza no es producto de las inequitativa repartición de los medios de producción, sino de la negligencia de perezosos que quieren vivir del estado por medio de subsidios de desempleo.
Para no alargar la disertación, solo quiero agregar otro ejemplo del presidente Alvaro Uribe quien seguramente aprendió en su hogar y especialmente en la escuela, que la mentira es la mejor forma de dirigir: “con mi general puedo informar que en la operación no se usaron los distintivos de la cruz roja”, pero sale el video de los famosos distintivos y el presidente debe recular con cinismo. “La fuerza pública esta para defender a los ciudadanos por eso no se disparó ningún tiro contra los manifestantes indígenas, si hubo algún herido fue por los tiros de los terroristas” y sale el video del policía disparando y de nuevo con cinismo se reconoce que fueron unos “tiritos al aire”. Entonces nuevamente, uno se pregunta dónde le enseñaron a ese señor las estrategias de llevar la mentira hasta el final para terminar aceptando la verdad cuando salen las pruebas ante la luz pública.
Con estos ejemplos he querido responder a la pregunta ¿cuál es el modelo pedagógico mas difundido en Colombia? Cuya respuesta aplastante es el modelo heteroestructurante en sus peores versiones:
En los sectores de mayor poder adquisitivo se educa a los niños para ostentar el poder y mantener el orden social como está y en los sectores mas pobres se educa a los niños para admirar el poder de manera servil y a resignarse a su condición social.
Para concluir, lo que intento plantear es que no se ha difundido en Colombia un enfoque de pedagogía mas liberador, donde se privilegie al ser humano por encima del dinero, donde se enseñe que la sociedad no es estática y puede transformarse democráticamente para tener mejores condiciones de justicia social. Pero esto seguirá siendo una utopía mientras la educación sea un simple bien de mercado y no un servicio público al que toda la población tenga acceso.
[1] De Zubiría Samper, Julian. Los modelos pedagógicos: hacia una pedagogía dialogante. 2ª Ed. Bogotá: Cooperativa editorial Magisterio, 2006. 46 p.
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