Diirector: Spiros Stathoulopoulos
Un grupo de delincuentes entran a una finca y le amarran un collar bomba a Ofelia (Mérida Urquía) para extorsionar a la familia. La señora se va con el esposo a la vereda más cercana a pedir ayuda. Un policía de antiexplosivos sin herramientas intenta desactivar el artefacto. Durante el tenso diálogo se cuentan sus historias, las limitaciones del dinero, los hijos por venir, el matrimonio, la vida cotidiana de unos seres humanos que se conocen en el extremo del peligro y el absurdo de la guerra. La calma de la señora en medio de la tensión del operativo, empieza a convertirse en la metáfora de las mujeres colombianas que soportan en carne propia el conflicto social del país, contando cada segundo de desangre o de ausencia de sus hijos.
El final de la historia es tristemente poético, la bomba estalla matando a la señora y al policía justo cuando los hijos van llegando a la vereda con su alcancía para pagar la extorsión.
PVC1 basada en un hecho real, se convierte en una profunda reflexión sobre la degradación del conflicto colombiano, que además de la violencia de los grupos armados y el narcotráfico, presenta excesos de la delincuencia común que rayan en la caricatura de lo increíble. En esta ocasión la realidad supera a la ficción, este tipo de actos crueles realmente han sucedido en diferentes rincones del país y las pantallas aún no han contado esas historias.
La dificultad técnica que se pone el director al filmar una película en un plano secuencia y con sonido directo confirma las posibilidades creativas del formato digital y el rigor con el que se planeó y se produjo PVC1. Uno de los principales aciertos de la película es la locación que sale de una casa campesina, pasa por una pequeña carretera, una trocha, una carrilera, hasta llegar a las ruinas de una vereda ¡Y toda esta travesía sin cortar el plano!. La locación muestra a una Colombia rural sin folclorismos, ni planos de postal turística que se ha explorado poco en el cine nacional.
Cabe destacar el tono mesurado de la cubana Mérida Urquía en quien recae el peso dramático de la película, pues en general los personajes parecen muy teatrales en una locación y una idea narrativa tan realista. Además hablan con un “acento general de campesino colombiano” que no da pistas sobre la ubicación geográfica de la historia. Así mismo la limitación de recursos de la producción le resta veracidad a algunos elementos como los uniformes y autos militares; pero la tensión que produce el plano secuencia, con sus silencios y sus movimientos, como un ojo fisgón de una tragedia real, logra compactar los elementos de la historia logrando una película conmovedora y una narración contundente.
PVC1 se es la ópera prima de Spiros Stathoulopoulos de quien esperamos otras historias, otras narrativas con un punto de vista de tan personal. A la larga, para fortalecer la industria del cine colombiano, la nueva generación de directores y cineastas solo debe concentrarse en entregarle al público historias auténticas con lenguajes propios.
2 comentarios:
hola Felipe sólo pasaba por aquí recomendandote unas películas velas y me cuentas si piedes se llaman, la cena de los idiotas y la otras se llama la ola son buenas y pienso que te van a gustar, es cine arte así que de algo servira
leidy Ruiz
Muchas gracias Leidy, las buscaré. De La ola ya me han hablado pero en villavicencio es un poco difícil conseguir cine por fuera del circuito comercial.
Gracias por la recomendación.
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