miércoles, diciembre 19, 2012

Miamicencio 4: Magdalena y Vicente



Desde hace cinco años Magdalena busca el amor que no encontró en el matrimonio.  Ella dice que su nuevo amor es su hijo Vicente  al que dedica el tiempo que le deja su trabajo,  aunque reconoce que los fines de semana sin Vicente le dan un respiro a la rutina para encontrarse consigo misma o para salir a tomar algo con los amigos del trabajo.

Cuando Vicente va al entrenamiento de tenis,  Magdalena deja entrar a algún amante a su casa,  tiene rutas entre los jardines del condominio para que los vecinos no perciban nada extraño,  aunque hay un par de celadores que  llevan la cuenta y el horario de las visitas y han convertido en chisme las continuas visitas a la doctora Magdalena.


Magdalena en cambio no lleva la cuenta,  simplemente disfruta el momento aunque queda con una sensación de vacío que no puede llenar ni con una tarde de compras ilimitadas en Miamicentro.    Ella sabe que ningún amante le ha durado más de tres meses.

Desde hace cinco años Magdalena juega a esconder los rastros de las visitas de sus amantes a la casa,  pero Vicente ya está creciendo y ha empezado a comprender que su madre necesita tiempo para encontrar el amor así sea a las escondidas,  por eso le pidió a Magdalena que lo deje entrenar tenis cuatro veces por semana.

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