viernes, junio 07, 2013

INFORME DE LECTURA: LAS CINCO MENTES DEL FUTURO

INFORME DE LECTURA:  LAS CINCO MENTES DEL FUTURO
Autor:  Howard Gardner.  Ed Paidos.  Barcelona, 2005. Por:  Felipe Chávez G.
Marzo 29 de 2013   www.felipechavez.tk

Don Germán:

Encontré el libro que me prestó,  Las cinco mentes del futuro del señor Howard Gardner, e hice la lectura con sorna y denuedo,  entre otras cosas,  porque se me atravesó entre la lectura -esa sí apasionanate-  titulada Opium,  un diario de los tres años de adicción al opio escrito por el poeta y cineasta Francés Jean Coteau. (Ed. BackList,  Barcelona, 2009)

Mal haría yo en comparar al Doctor de Harvard con un artista que un día almorzaba con Apollinaire, otro día cenaba con Picasso y otro día criticaba  a Buñuel -anécdotas irrelevantes del esnobismo artístico de la decadente Europa del S. XX-,  pero la comparto para ilustrar el ambiente en que leí el breve ensayo del señor Gardner que me produjo por lo menos las siguientes reflexiones:

En primer lugar, reconocer que la lectura es como un camino y como dice Jairo Aníbal Niño, ojalá en cada viaje "sea yo el que es una y otra vez descubierto". 

Esta fue una lectura por capas superpuestas,  que a veces  se entremezclaban y a veces se dejaban ver una muy distantes de las otras,  entonces veamos algunas de esas capas: 


La primera capa de lectura era la propuesta por Gardner que, por decir lo menos, me pareció predecible,  superflua y lugarcomunista.  Entonces aclaré mi visión personal sobre Gardner y es que me parece como el Paulo Cohelo de la pedagogía,  es decir un tipo que dice lo que todos ya sabemos pero con un lenguaje entre metafísico y científico que parece que estuviera diciendo algo nuevo.  Un experto de la liviandad con pose de profundo.  Un lenguaje de nueva era que mezcla las profecías de la  hecatombe del fin del mundo con la esperanza de la conversión para vender una solución.

Se me acusará de blasfemo por semejante comparación,  pero pensé que acercarme directamente a Gardner me quitaría tantos prejuicios que me han generado sus iniciados,  profetas y sacerdotizos.  Igual que Cristo no tiene la culpa de los errores que han cometido los cristianos en su nombre,  yo pensé que mi aversión a esos discursos pseudocontemporáneos hipertransformadores,  eran simples desviaciones de interpretación de los seguidores de Gardner,  pero al leer el ensayo descubrí que no,  que las graves omisiones en el discurso Gardneriano son justamente el producto que él  vende.

Y en este punto no me quiero extender,  porque ameritaría toda una monografía titulada Mis bocetos pedagógicos,  pero debo manifestar que la gran omisión que encuentro en ese discurso es que al centrarse en lo cognitivo,  en las competencias y especialmente en ese falso concepto de innovación asociado al mito de la productividad empresarialista como paradigma del mundo contemporáneo;  desconoce la educación como proceso social y especialmente la educación como objeto y objetivo social;  es decir,  a mí el discurso Gardneridano me parece pretenciosamente apolítico y para mí, la educación es fundamentalmente un hecho Político  (sí, con mayúscula para que no se confunda con electoral ni con ideológico). 

Político en el sentido de promover un ideal de cómo será la relación entre los seres humanos en una sociedad;  pero Gardner reduce esta dimensión humana  a unas difusas expresiones de la ética y la responsabilidad como accesorios;  muy por la línea del pensamiento light contemporáneo,  donde el mundo está bien porque está hecho y lo único importante es formar una gente que sea competitiva para hacer su propio negocito y salir al mundo a hacer billeticos de forma autónoma para que puedan acumular,  consumir y ser exitosamente felices;  pero eso sí,  sin hacerle daño a nadie (ética)  y sin dañar el medio ambiente (responsabilidad).

De nuevo,  se me acusará de ideologizado,  de anacrónico (porque eso de la izquierda pasó de moda con la caída del muro de Berlín),  pero creo firmemente que las inequidades sociales y ambientales promovidas por la globalización económica y cultural requieren justamente un mayor compromiso Político de la Escuela.  Creo que incluso el hecho de que la expresión "compromiso político"  nos  suene como a "retórica anacrónica",  es de alguna manera un triunfo de ese pensamiento light donde el compromiso es exclusivamente con el bienestar y la estética personal. 

Sobre mis distancias pedagógicas con Gardner,  solamente añadiría que me parecen más urgentes las reflexiones humanística de un Paulo Freire y el análisis ético y comunicativo que va desde Noam Chomsky hasta aterrizar en las reflexiones pedagógicas de Henry Giroux,  digamos más criticidad,  mas propuestas de transformación y menos condescendencia con la deshumanizada sociedad global contemporánea.

Tendría otras distancias  con el texto pero creo que esas son las más relevantes.

La otra capa de lectura,  mucho más interesante para mí, era la de sus notas y subrayados en el libro,  en ellas encontré claras coincidencias con el discurso pedagógico que le he conocido en los últimos años.  Lo que me sorprende de esta capa es que yo tengo un sistema de subrayado semejante al suyo,  encierro conceptos y hago notas marginales sobre los temas,  pero especialmente subrayo citas que me puedan servir en el futuro para argumentar cualquier idea. De alguna manera,  en cada lectura me busco a mí mismo,  como veo que usted lo hace en sus notas.  Entonces veo esa idea del profesor como tutor o como custodio,  esa idea de lo bien hecho como modelo para educar y tantas otras ideas que día a día guían el trabajo en el colegio.

Junto a ese hallazgo,  tener la sensación de buscar argumentos para validarse,  para ponerse pistas en el camino,  simplemente para subirse en hombros de gigantes para ver más lejos,  como intento hacerlo yo en mis lecturas.

La otra capa era la de mi propia lectura del documento,  mi falta de emoción con los lugares comunes, con las comparaciones simplistas entre el pensamiento del artista y el pensamiento del científico,  con esa intencional exclusión de lo Político,  con esa permanente coincidencia y validación del pensamiento light que campea en las modas de las ciencias sociales y en los medios de comunicación y que sirven básicamente para adormecer audiencias para perpetuar el poder.

En suma, aclarar mi aversión a esa pedagogía coja que brinca del lenguaje pseudocientífico a las metáforas que pueden servir para decir cualquier cosa y todo lo contrario,  como aquella de la inteligencia láser Vs. la inteligencia foco,  la primera va al fondo traspasando la piel y la segundo ilumina el contexto...  entonces,  la metáfora de Gardner me serviría para decir que su discurso pretende ser un foco-laser y al final ni lo uno ni lo otro.

Pensándolo con más calma,  ese texto puede ser una conferencia que al ser traducida del inglés hablado,  al español escrito pierda la mitad de sus substancia y por eso me parece tan descafeinada,  pero seguramente no es así,  sino que es un ensayo escrito con toda la intensión de dejar por fuera lo que a mí me parece sustancial de la educación que se necesita hoy.

Concluyo entonces que soy yo quien no cabe en la onda de las nuevas pedagogías,  porque como lo dije hace tiempo,  creo que después de la mayéutica,  la dialéctica y la escolásticas no se han inventado nada nuevo en pedagogía,  se educa en el diálogo, por medio de la lectura y la pregunta,  se educa en la praxis, por más que le cambien el nombre y las prioridades a esos elementos.  Que el constructivismo se volvió una iglesia con demasiadas pastores, iluminados, rituales y que su jerga evidencia un compromiso con la continuidad  de la falsa productividad,  el egoísmo y el nihilismo capitalista, que con la construcción de una sociedad más justa,  con la Utopía si se quiere. 

Por ahí Giroux dice algo como que la idea de que se puede vivir el día a día sin la utopía de un mundo mejor,  es justamente un triunfo del capital y Chomsky dice que el problema es que ya nos venden los sueños enlatados y perdimos hasta el derecho de soñar simplemente porque no sabemos que podemos soñar.

Termino con una sensación hipertextual. 

Empecé diciendo que leí Las cinco mentes del futuro en la mitad de un libro sobre un adicto al opio y cual no sería mi sorpresa cuando los dos autores de oficios,  lugares y tiempos tan distantes  y en textos tan lejanos,  en un aparte terminan diciendo casi lo mismo:

Jean Coteau,  un poco justificando su adicción: "Todos los niños tienen el poder mágico de convertirse en lo que quieran.  Los poetas de infancia prolongada sufren mucho por la pérdida de ese poder. No cabe duda de que ese es uno de los motivos que llevan al poeta a recurrir al opio".  (Pág. 82)

Y Howard Gardner explicando el lenguaje metafórico de los niños:  "Sólo los poetas parecen estar inmunizados contra la disminución de la capacidad para crear metáforas"  (pag. 48)

Si alguno de los dos estuviera en lo cierto,  o los dos o todo lo contrario; me veo a mí mismo como educador alargando en mis estudiantes la edad de la metáfora...


Gracias por prestarme el libro.

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