Tomé estas notas que podrían justificar la psicología de algún personaje bastante pusilánime:
Anoche sentí morir
He estado tan triste y con esos pensamientos negativos que empecé a somatizar mi angustia. Me dio vómito y no podía controlar la respiración. Me arrodillé en el sanitario y vomité saliva con una sustancia verde, amarga y espesa. Tenía ganas de llorar y respiraba agitadamente. Las manos me empezaron a hormiguear como si se estuvieran durmiendo. Me metí a la ducha y sentí el corazón muy acelerado. Me veía a mí mismo con mucho pesar, en medio de ese ataque de desesperación.
Yo quería parar y calmarme pero simplemente no podía, seguía jadeando y con las manos dormidas. Me dio una tristeza profunda pero no me salían las lágrimas. Me quedé bajo la ducha un rato pero un poco de agua me atoró y me dio tos. Empecé a abrir y cerrar las manos para despertarlas y el hormigueo me subió hasta los hombros. Incluso se me cerró el campo de visión, solo podía ver el pedazo de pared que tenía al frente.
Después de unos minutos mi cuerpo reaccionó y me normalicé un poco, pero en esos minutos sentí morir.
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Yo admiro a la gente que lucha por seguir viviendo a pesar de las dificultades o las enfermedades. Yo nací sin esa fuerza. Al sentir morir simplemente me dejo llevar sin poner resistencia. Me dejo vencer fácilmente.
Pero anoche algo me llevó a hacia la ducha a para calmarme, algo me llevó a abrir y cerrar las manos para despertarlas, algo me llevó a decirme a mí mismo que debía tranquilizarme.
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Después del incidente hablé con mi esposa, ella me tranquilizó con sus palabras. Recordé que estuvo muy preocupada cuando me escuchó en el baño, me llevó una toalla y me dijo que nos vistiéramos para llevarme al médico. Le pedí que leyera algo que publiqué durante esta semana y hablamos de tantas cosas que nos separan.
No quiso leer alguno de esos textos amargos que destilé estos días.
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Ella está preocupada, me recomendó que pidiera una cita con la sicóloga o con un siquiatra.
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Yo estoy aún más preocupado porque me choca no tener el control de la situación, no poderme controlar me afecta profundamente. Y la verdad es que es apenas la segunda o tercera vez en la vida que pierdo el control de esa forma.
Me siento muy vulnerable, muy solo cargando tanta angustia, tanta desesperación.
Siento que lo peor de mí, lo que tanto me esfuerzo por esconder; vuelve a aflorar. Vuelvo a sentir mi monstruo interior.
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¿y qué me trajo hasta aquí? Pues la suma de la sensación del abandono con el desamor, con muchos días de soledad y con la peor de las soledades: estar junto a alguien y sentirse solo.
2 comentarios:
En tus versos hay prosa como rugido del alma...
Comparto contigo esta frase:
"Para obrar con cordura en lo presente, tengo puesto un oído en el pasado" Ramón de Campoamor. Agrego:
"Aún en el amor y desamor;
la tristeza y el dolor;
la soledad o el olvido;
los recuerdos del pasado mejor;
lo dulce de la amistad..
o el vacío del que se va... También alli... mis palabras,
y mi alma en verso hecho prosa
me haran mitigar mis penas
y ver la vida un poco mas frondosa
sin eludir el vivir mis penas
y ver el mañana con mejor prosa"
¿qué mas puedo decir con semejate dardo poético?
Simplemente muchas gracias por compartírmelo y por supuesto, por leerme.
Muchas gracias.
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